16 mar 2010

Quién dijo que todo está perdido?

Yo vengo a ofrecer mi corazón.


El tipo va. Le dicen que hay que trabajar todo el dia y él se sube a la nave.
Se choca contra la pared del cansancio, se cree caer pero encuentra fuerzas y la trepa.



Hablo de paises y de esperanzas.


De golpe siente que la distancia es enorme pero él sigue. Cada dia se levanta, se lava la cara y a la cocina.
Termina de trabajar, se ducha y a dormir.
Así 5 dias de la semana. Nunca hay dos dias iguales pero nunca las horas se acortan.


Yo vengo a ofrecer mi corazón.



No cree ser un superheroe. Tampoco lo pretende. No lo hace por demostrar que puede. ¿A quién tendría que probárselo?. Él le pone corazón, sacrificio y mucha garra. Él se permite el placer de disfrutar cada día como se lo dá la vida. Él se permite pensar que el trabajo no es trabajo, que el sueldo no es sueldo. Él le abre los brazos al futuro y está preparado para aceptarlo en la forma que se le presente.

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