1 mar 2010

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Y alguna vez la vida me demostró que no soy invulnerable. Luego de una hermosa semana llegó el 1 de Marzo. PPi se volvía, ni lo mencionamos durante todo el dia pero era inevitable..
En los últimos dias había estado organizando su bolso para que hoy podamos disfrutar del día sin perder tiempo y así fue. Nos tocó un dia hermoso, el más lindo de los últimos meses (por fin comienza a notarse que la primavera está cerca), y tal cual nos lo habíamos prometido antes del viaje nos fuimos de compras para mantener la cabeza despejada.

Y las horas pasaron, llamamos el taxi, nos fuimos al aeropuerto y ni mencionabamos el adión inminente. Caminamos, nos sentados, nos volvimos a parar, caminamos y para ese entonces era la hora de decir "Hasta septiembre..". Nos miramos y los dos teníamos las manos en los bolsillos, nos negabamos a aceptar ese final, nos negabamos a volver a separarnos.

Nos abrazamos una, dos, tres y cuatro veces. Nos deseamos buen año, nos deseamos ser fuertes, aguantar y nos despedimos sabiendo que en Septiembre nos reencontramos, de vuelta en mi casa que no es mi casa...

Y así termina ese hermoso febrero en familia. Un febrero tan distinto a cualquier otro de mis 24 febreros, un febrero tan hermoso que dudo que alguna vez lo olvide. Ir de sopresa a recibir a mi familia al aeropuerto, viajar todos juntos a Estambul, Atenas, pasear por Londres, compartir mates después de meses de tomarlos solo, hablar en español, disfrutar y disfrutar.

Las despedidas duelen, a veces más, a veces menos. En mi caso siempre fui yo el que se fue entonces siempre tenía esa fortaleza que me da el hecho de ir a algo nuevo, esta vez fui yo el que se quedó y esa fuerza extra no estuvo. Hoy estoy con un nudo en la garganta, triste pero poniendole el pecho para quedarme hasta septiembre y compartir Muse en Wembley con PPi :)

Chau

1 comentario:

Anónimo dijo...

Love hurts...
TE ADORO HERMANO!! =)