Muchos afirman que el segundo mes es siempre el mes más complicado a la distancia. Se acaba la magia de lo nuevo, aparecen los grises, aparece la "rutina", aparecen los fantasmas de aquellas personas que ya no tenemos tan cerca como para compartir unos mates o un abrazo y de a poco la cabeza comienza a dar muchas vueltas.
Al menos ese es mi caso, o asi me sucedió a mi en cada uno de los viajes que he encarado. En Vail por suerte las tenía a Mica y a Dani con quienes más que mal compartía bastante bastante tiempo (más con Dani que con Mica). En Islamorada el incendio del hotel no hiso más que agregar un ingrediente más a ese cocktail explosivo del segundo mes y terminé volviendome antes de tiempo.
Aca no fue la excepción, trabajar tantas horas, no tener a nadie para hablar español, viajar de acá para allá solo, todo giraba en mi cabeza. Pero esta vez no me dejé atropellar por los fantasmas, casi caigo, casi imprimo esa carta de renuncia que descargué hace unas semanas, pero el apoyo de los amigos y el incondicionalismo (existe esa palabra?) de mi familia para bancarse cada una de mis vueltas hicieron que hoy mi objetivo sea disfrutar, aprender y más que nada quedarme unos meses más.
Dos meses pasaron, eso ya lo escribí en una entrada anterior, ahora vamos a por el tercero y el cuarto. De a poco pero sumando dias, tachandolos en el calendario y viendo qué rápido se pasó el tiempo desde que aterricé hasta hoy.
Abrazo para todos,
FRAN
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